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ESCLAVITUDES VII: Narcoestados

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    Cuenta la leyenda que el ser humano siempre ha necesitado algún tipo de sustancia con ciertos principios activos capaces de provocar una alteración psíquica y de remover los dioses   y los demonios de su interior. Esas sustancias han estado íntimamente vinculadas a las diferentes colectividades humanas. Y esa vinculación, en los últimos tiempos, ha tenido una relación más estrecha con las sociedades organizadas en forma de estados actuales.             También cuenta la leyenda que con la revolución juvenil de los años sesenta y setenta, en Occidente se popularizó el consumo de drogas hasta tal punto que llegó a infiltrarse entre los jóvenes, y no tan jóvenes, de todas las clases sociales, laborales y emocionales. Vamos, que casi todo el mundo consumía o había consumido sustancias fiscalizadas en algún momento de sus vidas, bien como experimentación, bien como diversión o bien como vía iniciática para una carr...

ESCLAVITUDES VI. La droga

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  Cuando la jeringuilla perforó con su aguijón la vena abultada del brazo, la piel desafinó en un sonido de tela al rasgarse. Lo interpretó como la más hermosa melodía jamás compuesta para los huesecillos de sus oídos. El émbolo se fue deslizando con la tranquilidad que solo sabe dar el placer más excelso jamás sentido y la droga se mestizó con esa sangre tan castigada por los años, por la marginación y por el elixir del deseo.             Atrás quedaban las colas frente al campo del Rayo Vallecano a la espera de que el «metabús» aparcara pegadito a la acera y le dispensaran ese bote de plástico, como el de los análisis de orina, donde un zumo de naranja al que llamaban metadona esperaba para que le calmara de esa abstinencia inflexible y dura como roca de pedernal, sin sentimientos ni conmiseración con la fragilidad humana. Allí esperaban junto a sus progenitoras, esas sombras inseparables por necesidad maternal y con el obj...

Belleza

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  Decía Platón que la belleza era lo conveniente, lo útil, lo que sirve para lo bueno, lo que tiene grata utilidad y lo que da placer a los sentidos.             A día de hoy, ese concepto de belleza no es del todo compartido por el común de los mortales y por usted tampoco, única persona que me lee, como mortal que es. Hoy pensamos en lo bello como algo estético, como algo que agrada a la vista, sobre todo, al tacto y al resto de los sentidos de los que gozamos los humanos.             Hay personas a las que les excita estéticamente el placer de darse un baño en billetes y monedas de curso legal, de vestir ropas lujosas por el mero hecho de ser de tal o cual marca, dejando el gusto, harto dudoso, a un lado u observar tal o cual edificio dotado de la crisis de la modernidad al que califican como bello, como el sueño de sus míseras vidas. La belleza, como planteaba Plató...

CAMINOS

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  Desde que el ser humano se enderezó y olvidó utilizar sus manos como tercer y cuarto pie para convertirse en ese ser bípedo e implume en el que nos hemos convertido ha creado o utilizado los caminos. Pues en un principio, en el que el nomadismo era el plan destinado para la supervivencia y, a posteriori, tras la revolución que propició lo que ahora conocemos como Neolítico, el ser humano ha tenido la necesidad de desplazarse de un lado a otro, de buscarse la vida por acá y por allá, de moverse en busca del alimento que ha de servirles de motor para continuar con la vida.             Para facilitar esta tarea del movimiento, a alguno de los seres bípedos e implumes (aunque cubiertos de pelo) se le ocurrió la genial idea de inventar los caminos. Paso a paso se fueron despejando veredas, trochas, carriles que permitían mejorar sustancialmente el tránsito de mercancías, de efectos y de personas. Lo que se originó como autopista...

¿Partidos?

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  El término partido proviene del verbo partir; es, en concreto, su participio. La connotación del verbo, entre otras, es la de dividir, segmentar, separar. La excelsa inteligencia de las dos personas que aún soportan mis escritos (o mis podcast) les ha hecho saber por dónde van los tiros de esta nueva entrada.             Sí. Han acertado. Esto va de partidos, y no de fútbol sino políticos y, por ende, de divisiones, segmentaciones y separaciones. Así, todo junto, aunque los significados tiendan a la fuerza centrífuga de lo contrario.             Los partidos políticos han tendido desde su creación a ubicarse en sitios diferentes y distantes: los lores y los toris, los burgueses y el estamento llano y, por último, las derechas frente a las izquierdas. Pero no sólo se han ubicado en tales sitios los partidos políticos, si no que los seguidores, afiliados y simpatizant...

Dragó

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  Muere Fernando Sánchez Dragó y, de todo lo vivido, poco o nada deja a los gusanos. Muere Sánchez Dragó y testa un legado cultural de  valor  inabarcable. Muere Dragó y las redes sociales arden de odio, expulsan espumarajos blancos por la boca y el amargo sabor de la bilis se refleja en ciento cuarenta caracteres. Fernando Sánchez Dragó ha sido una persona que ha bebido el elixir de la vida con tragos largos, desafiantes, intensos, saboreados. Ha sido escritor prolífico, viajero impenitente, provocador locuaz, amante fogoso (al menos de eso se jactaba) y mil y un oficios más que desarrolló a lo largo y ancho de una reseña biográfica harto vívida y vivida. De su faceta como escritor mediático y polémico con carné gremial que ni callaba ni le callaban, se creó un personaje, un mito, capaz, a través del televisor, de sentarse en la mesa camilla de nuestro cuarto de estar y arropar sus piernas con la faldilla. Esto de introducirse como ladrón en casa ajena y el hec...

El ombligo de Adán

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  Tiene la sociedad en la que vivimos una serie de asuntos que nos resultan agradables del todo: una esperanza de vida que supera con creces las de otras épocas, una serie de derechos y deberes que hacen apacible el camino de la existencia y un acceso a la cultura, a la ciencia y a los contenidos que hicieron de nuestra especie una especie sabia que no tiene parangón con otras épocas o lugares.             Pero igual que tenemos todas esas cosas y algunas más, adolecemos de una ombliguismo ridículo que nos hace pensar que antes de nosotros no había nada de lo que ahora hay. Ahora lo llaman adanismo, es decir, que somos esa generación que inauguró las fuentes, los pantanos y las carreteras del Jardín del Edén y que antes de nosotros ni siquiera calentaba la luz del día. Ese adanismo nos hace creer, falsamente, que todo lo hemos inventado nosotros y que nuestros antepasados más cercanos se paseaban en taparrabos de piel de leop...