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Mostrando las entradas etiquetadas como libertad

Libros y derribos

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Si existen personas con problemas como el tabaquismo, el alcoholismo o el nefasto esnobismo,  yo, por otro lado, padezco la enfermedad del «biblioismo». Esta dolencia, convertida en estos tiempos en una enfermedad rara, pues cada vez la padecemos menos bípedos, consiste en la ansiedad por conseguir libros y suele tener como síntoma principal una espléndida biblioteca de baldas combadas por el peso de la tinta, el papel y las palabras impresas. También se caracteriza por acaparar libros que, aun anotados en la lista de pendientes de lectura, nunca serán leídos, ni siquiera viviendo dos o tres vidas.               Muchas de las bibliotecas de los enfermos de «biblioismo», una vez el afectado se haya mudado al corral donde sueñan los justos, es más que probable que acaben en librerías de viejo, en serio y extremo peligro de extinción, o en una pirámide a merced de las llamas (¡por Dios, con lo que eso contamina!). En mis viajes oníricos más húmedos sueño con que mis libros los seleccion

De mapas e hispanidades

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  Desde chiquito me encantan los mapas. En mi casa había un atlas, mil veces manoseado por mis dedos infantiles, con el que soñaba con viajes transoceánicos, selvas impenetrables y montañas copadas por nieves perpetuas. Era como poder materializar las aventuras narradas por Julio Verne, por ejemplo, en un   libro de puntos geográficos reales, pero no por ello exentos del misterio arcano de la vida. No sólo pasaba mis ojos pueriles por las geografías ignotas de los seis continentes, también buscaba en el tomo que la enciclopedia familiar había dedicado a dicha ciencia toda la información disponible sobre ciudades, pueblos y parajes que soñaba con visitar. De aquellas no había otro modo de recopilar el material con la que se fabrican los sueños. Era parte de mi experiencia vital, de mi propia aventura, de un juego con el que aprender y tener conciencia del mundo que habitaba.             Lo mismo me ocurrió con los diccionarios. Buscaba palabras, significados, etimologías como si de un

¿Partidos?

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  El término partido proviene del verbo partir; es, en concreto, su participio. La connotación del verbo, entre otras, es la de dividir, segmentar, separar. La excelsa inteligencia de las dos personas que aún soportan mis escritos (o mis podcast) les ha hecho saber por dónde van los tiros de esta nueva entrada.             Sí. Han acertado. Esto va de partidos, y no de fútbol sino políticos y, por ende, de divisiones, segmentaciones y separaciones. Así, todo junto, aunque los significados tiendan a la fuerza centrífuga de lo contrario.             Los partidos políticos han tendido desde su creación a ubicarse en sitios diferentes y distantes: los lores y los toris, los burgueses y el estamento llano y, por último, las derechas frente a las izquierdas. Pero no sólo se han ubicado en tales sitios los partidos políticos, si no que los seguidores, afiliados y simpatizantes han ocupado un espectro social diferente según su ideología. Muchas veces, estas ubicaciones han sido o son tan