¡Feliz Navidad!
Ya es Navidad. Hace frío. Las heladas se han convertido en decoración corriente de nuestras aceras, de las hebras de césped de los jardines y de los lomos de los coches aparcados en la calle. A lo lejos, en la sierra, el manto de armiño de la nieve oculta a la vista las cumbres pedregosas. Comienza el invierno y celebramos la marcha del otoño con el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. El año va tocando la sinfonía de su fin y las valoraciones y los propósitos se sientan a jugar al cinquillo en la misma mesa, sobre el mismo tapete verde y con la misma baraja de naipes. Son tiempos de comidas de empresa, de cenas familiares, de beber con la mesura del dipsómano. Son tiempos de celebración, de unirse a otras personas con las que compartir el tiempo, la alegría, la esperanza de volverse a ver al año siguiente. Como digo, celebramos, comemos (¡esa gran celebración!), bebemos y todo ello con el fin de pasarlo bien, ...