Hijos y fútbol
No he sido muy aficionado al fútbol. Apegado a la Verdad, ni mucho ni poco, simplemente no he sido aficionado. Ni siquiera vi la final de la Copa del Mundo de Sudáfrica. No me interesaba. Desde la primera vez que respiró oxígeno de modo directo mi heredero, caminó por las mismas trochas no futbolísticas por las que yo transitaba. No fue nada influenciado. No le gustaban los juegos de balón y se dedicaba a otros juegos más creativos. Si bien es cierto que al poco de empezar a mascullar palabras eligió ser del Atlético de Madrid, a pesar de que el deporte rey en esos momentos no le atraía nada de nada. Corrió su infancia entre disfraces, música (fanático de Queen) y la compañía de teatro «Siempre Alegres» del colegio. Una mañana (¿o fue una tarde?) decidió que quería ser actor de doblaje. Se tragaba videos de cómo se doblaban al español las películas, entrevistas a los...