Las dificultades de ser golondrina

Esta primavera de calimas y vientos del sur les ha dificultado sobremanera el crudo asunto de cruzar el estrecho: las ruedas de sus maletas trolley se quedaban atascadas con el polvo sahariano. Pero las golondrinas, tercas como mulas, han logrado avanzar a su destino guiadas, sin duda, por el afán del pisito que les esperaba en el centro de la península. Pero no sólo el polvo en suspensión proveniente del norte de África ha sido el obstáculo para la realización de una vida plena, pues una vez en el destino las cosas no han ido a mejor. Ni mucho menos. Una vez aquí, han tenido que negociar con el banco el tema de la hipoteca del nido, que si el Euribor por aquí, que si la clausula suelo por allá, que si la devaluación de la rupia por acullá … Vamos, que la cosa anda harto complicada y el banco solo les da el ochenta por ciento y el resto del aporte lo tienen que poner ellas. Ojalá que todo terminar...