La pólvora ardiente de las redes sociales

La pólvora se ha prendido. Ha bastado un simple conato de chispa, ni siquiera con una temperatura elevada, para encender el reguero explosivo de las redes sociales. Sucede un hecho: Un hombre corre hacia una furgoneta de color oscuro donde alguien con prisa cierra la puerta corredera de su lateral. El hombre golpea con su mano desnuda los cristales. Tal vez les grite. Se hace daño en los nudillos, de donde se derrama el tímido rojo de la de sangre. Continúa corriendo en pos del vehículo, a pesar de que su persecución a todas luces es absurda, descabellada e inútil. Alguien a bordo de un coche para a su lado y le pregunta qué es lo que está ocurriendo. —¡Sigue a ese coche oscuro!— Le dice con un tono que verdea la desesperación. ...