La mancha que los libros dejan en la pared
De los pocos vicios que un tipo como yo se puede permitir en la medianera de la vida es el de la lectura. Pero no sólo me acucia ese vicio así, en su generalidad, sino también en una de sus extremidades, la de comprar de manera cuasi compulsiva el maravilloso soporte donde se aloja la cultura. El libro. Mi sueño es tener una biblioteca inmensa, inconmensurable, copada de los títulos más variados, sugerentes y, sobre todo, más necesarios para hacer cumplir el desiderátum de que la vida merezca la pena ser vivida. Y yo, desde mucho tiempo atrás no concibo la vida despojada de libros. Desconozco si es el olor, la tinta formando grafías, el papel o esa sorprendente capacidad de acoger en su seno una buena dosis de polvo casero o es una mixtura de todas ellas la que hace que sienta verdadera pasión por ese elemento de transmisión de la sabiduría. En los anaqueles de mis estanterías hay libros de Historia, a...