Propósitos tiene la vida
Cuando el hidalgo don Alonso Quijano, una vez convertido en Don Quijote de la Mancha, partió de su casa a vivir aventuras, salvar princesas y desfacer tuertos , tenía un rocín flaco, una adarga antigua y una lanza en astillero. Pero lo importante no era lo que el curioso personaje tenía, sino lo que poseía. Y lo que poseía era un propósito de vida. Don Quijote se convertiría en lo que estaba llamado a ser. Cabalgó por la meseta recibiendo palos a diestro y siniestro, siendo objeto de mofa por villanos, gañanes y mozalbetes, sufriendo escarnio, hambre y calamidades. A pesar de todo ello, continuó con sus aventuras y sinsabores, pues había recibido la llamada y no habría hechicero, gigante o caballero de la Blanca Luna que le derribase del caballo de su ideal o propósito. Rescatar la nobleza del viejo oficio de la caballería andante estaba repleto de penalidades, batallas perdidas y escaso rédito. Aún así, él pe...